Tratar la enfermedad con nuestros hijos

Los niños siempre han sido la alegría de nuestras vidas. Al tener hijos, la vida cambia totalmente y nace en nosotros el instinto de darles lo mejor, cuidarlos y que sean felices. Estos pequeños, que se expresan sin inhibiciones, con energía e imaginación, siempre nos sorprenden a los adultos de mil maneras distintas. Por ello, queremos protegerlos cuando un familiar cercano está enfermo y nos resulta complicado explicarles la situación en estos casos.

Es difícil hablar con los niños de estos temas, pero debemos hacerlo antes de que se creen su propia historia ante los cambios en casa y por ello se debe elegir cuidadosamente las palabras que utilizamos para ello, buscando siempre decir la verdad y de una forma muy sencilla para que lo puedan comprender.

 

¿Entonces, cómo debemos actuar?

Según la Asociación Americana del Cáncer, cancer.net, la Cancer Council y Cuidar en oncología,  Se debe tratar el asunto con naturalidad. A menudo nos escuchan sin que lo sepamos y también perciben cuando les ocultamos algo o nos sentimos alterados.

Debemos explicar el tema dependiendo de la edad de los hijos. En general, a los preadolescentes y adolescentes (Entre los 9 y 12 y los mayores), se les puede explicar el tratamiento y situación con más detalle, pero a los más pequeños (de 2 a 8 años) con información general y sencilla basta. Además, a todos ellos les podemos (y debemos) informar lo siguiente:

  • El tipo de cáncer.
  • El lugar del cuerpo donde se encuentra.
  • El tratamiento.
  • Cómo afectará a sus vidas la enfermedad y su tratamiento.

 

También podemos dejar que nuestros hijos nos acompañen durante esta cura, siempre que los médicos lo permitan y el propio niño quiera. Las máquinas les resultarán fascinantes y muy curiosas y podemos pedirles a los más pequeños que hagan dibujos como los cientos que hacen en el cole, para tratar el tema con naturalidad.

En el caso de los más mayores, debemos transmitir confianza y no tener miedo de nuestros sentimientos y los de ellos, puesto que están en una etapa de muchos cambios hormonales y ellos mismos también tienen grandes cambios en este sentido. Buscaremos entonces evitar grandes alteraciones y seguir manteniendo el contacto habitual, sin presionar para transmitir al adolescente que todo va bien, siempre con franqueza en estos aspectos para que no se sientan engañados.

 

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A continuación tenéis unos consejos para poder afrontar el cáncer con los hijos:

  • Pedir ayuda y consejo a médicos especializados.
  • Explicar la enfermedad con sinceridad y palabras sencillas adecuadas a la edad.
  • Responder a las preguntas que nos hagan nuestros pequeños.
  • Permitir que opinen.
  • Buscar la naturalidad y transmitir positivismo.
  • Transmitir que no sucede por algo que se ha hecho mal, no ha habido consecuencia y el hijo no es el responsable de ello.
  • Hacer comprender a los más mayores de la importancia de su colaboración con el tratamiento (domésticas y de ayuda al enfermo) sin darles grandes o muchas responsabilidades para que no se sientan estresados y abrumados.
  • Asegurarles de que no es contagioso.
  • Estar atentos ante los cambios de conducta y tratarlos con un especialista infantil.
  • Seguiremos saliendo de casa con la familia en la medida de lo posible, puesto que será divertido y bueno para todos.
  • Mantendremos las actividades cotidianas y escolares de la familia que podamos.
  • Apoyarse en familiares y amigos.
  • Seremos realistas ante los cambios.
  • Afrontar el peor de los casos y guardar los archivos digitales que puedan ser útiles o que contengan valor sentimental.
  • Aceptar la situación para que nuestros hijos también la acepten.

 

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Debemos pues, tanto con los pequeños como con lo más mayores, que la naturalidad y el equilibro fluya en el ambiente familiar. Es normal que se sienta miedo y curiosidad y nos hagamos muchas preguntas, es una etapa dura que se debe afrontar con confianza y positivismo y tenemos que mostrarlo ante nuestros hijos, tanto por nuestro bien como por el de ellos.